EL GRAN AÑO 2012
Parece que aun está aqui, parece que no se ha ido que en la mano la sostengo pero en la mano ya no la distingo, parece, y solo parece, que podemos retenerla, aquí; quieta, sin que vuele, pero su alado espíritu se la lleva lejos, pero nos deja algo, que nadie, nunca, nos podrá arrebatar, un recuerdo y una promesa, que antes que nos demos cuenta habra vuelto, siempre joven y siempre añeja, pues ese es su conjuro.
Esa alegria y ansia del reencuentro que siempre a nosotros nos alcanza cuando las primeras mañanas del frio febrero despuntan en hielo y rosa, nos alcanzaba cuando ya la dejabamos ir, y nos parecia todavia lejana... Pero el cambiante noviembre nos dejaba y nos devolvia esa esperanza de volvernos a ver, una mañana, en sus últimos días, nos dejaba una noticia de que décadas de duro trabajo y de pasión daban su fruto, la Semana Santa de Cieza volvia a nuestros corazones más grande que nunca, pues al fin conseguiamos la Declaración de Interes Turístico Nacional. Y desde aquel 29 de noviembre de 2011 la esperamos con fervor... Y nos ha dejado emociones indescriptibles, momentos inigualables y escenas, aunque repetidas mil veces, irrepetibles. Aunque estoy empezando por el final, comencemos por el verdadero comienzo...
La tarde de un miercoles de febrero ya se tintaba de rojo y cientos de ciezanos acudian a San Joaquin, San Jose Obrero, San Juan Bosco, Santa Clara y la Asunción a recibir la ceniza, como todos los años, y el rojo crepúsculo se volvia negro, todo era quietud y las campanadas que marcaban la novena hora después del mediodia parecian inofensivas, pero no. Su claro sonar abrió un estruendo como de un trueno, prolongado pues los tamboristas ciezanos se reunian a aununciar con sus redobles que velemos estemos alerta, porque no sabemos ni el dia ni la hora. Aunque ya habiamos tenido adelantos con los extraordinarios traslados de el Co-Patron y La Patrona hasta sus ermitas, este es el más claro comienzo, la Tamborada.
Ese viernes, el antiguo convento franciscano de San Joaquin abria sus puertas para dejar salir a su Medinacelli para, por primera vez este año (repitiendose asi todos los viernes de cuaresma), recordar su cruenta, pasión. Y el viernes siguiente más y más personas pasaron y besaron sus pies, pues era el primero de Marzo y la tradición dicta que se deben pedir tres gracias a Jesús e Medinacelli el primer Viernes de Marzo, tras besarle los pies y hacer limosna. Hasta la medianoche, salvando el tiempo de la misa y su via-crucis, se pudo adorar al Cautivo.
Solo quedan dos semanas para el Domingo de Ramos, y este sabado nos dirijimos hacia el convento de monjas clarisas de la Inmaculada Concepción, donde con mucho cariño cuidan y guardan una bella imagen de maria, que allá por 1975, permitieran a un grupo de jovenes sacar en procesión la vacia tarde del Jueves Santo, ahora esos jovenes, son ya mayores y otros se les han unido, bajo la maternidad de la Santisima Virgen de Gracia y Esperanza, por eso sus hijas y sus niños la llevan desde su convento hasta su casa-museo para guardarla hasta que el Jueves Santo, salga vestida de azucena, rosa, alhelí, azahar y jazmin, la flor de las flores, la Madre de los Hijos de Maria.
Una semana después, la noche de un viernes se viste de Azul y Bronce para recibir a San Pedro Apostol, desde su casa en San Juan Bosco hasta la Casa de los Santos, que se abre por primera vez y no se cerrará hasta después de un mes. La OJE, el orgullo de Cieza, hace de nuevo acto de presencia escoltando fielmente al Principe de los Apóstoles.
No puedo hablar del pregon, pues estaba de viaje, aunque no lo olvide ni un segundo... Entre las calles de florencia, parecia que asomaba el Santo Cristo, y para mi, el Nazareno parecia salir de la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Ya solo quedan dos Días para que ramos de olivo y palmas vistan la Plaza Mayor y el Paseo, y esta tarde de Viernes ya se llena desde primera hora de procesión. Los Niños de la Cruz sacan a su Virgen de la Estrella anunciando que la Semana de Dios ya está aquí.
Sale el Medinacelli en su nuevo trono, retumban de nuevo los tambores.
Pacientemente, la Virgen Dolorosa, espera...
Hasta aqui por ahora, proximamente más...
|