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COMO REZAR EL NOVENARIO

NOVENARIO AL STMO. CRISTO DEL CONSUELO

MODO DE HACER ESTA NOVENA

 

Ante esta Soberana Imagen o una estampa suya, y con el corazón levantado a Dios para recibir su divina gracia, hecha la señal de la Cruz y dicho el Acto de Contrición se comenzará cada día con la siguiente oración:

 

            Santísimo Cristo del Consuelo, Redentor y Protector nuestro, Esperanza de cada uno de nosotros, Tú que has querido manifestar tu amor sin límites por los hijos de esta Villa, colmándonos de bienes espirituales y temporales siempre que te han invocado en sus aflicciones, postrados a tus pies te damos gracias, te pedimos perdón por nuestros pecados, por nuestra ingratitud e indiferencia; nos proponemos firmemente vivir en delante de tal modo que nos hagamos acreedores de tu misericordia para conseguir después el reino eterno que nos regalaste al derramar tu preciosísima sangre por cada uno de nosotros, y te rogamos que nos permitas alcanzar la gracia especial que te pedimos en esta Novena, si ha de servir para tu mayor gloria. Amén.

 

DÍA PRIMERO

Primera palabra que pronunció el Señor en la Cruz:

“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”

 

Oración del día:

Señor mío Jesucristo, que, pese a padecer en la Cruz tantos y tan terribles dolores, y tras sufrir en silencio las blasfemias de aquel ingrato pueblo, no despegaste tus labios para quejarte, sino para pedir al Padre Eterno que perdonase a los que te habían crucificado, excusando su tremendo delito: todos los Ángeles y Santos te alaben, Señor, y yo te alabaré con ellos y te bendeciré por este amor ilimitado con que me enseñaste a perdonar a mis enemigos, para que Tú me perdones. Así lo prometo y te pido perdón con el corazón contrito por las veces que he guardado rencor y odio a mis hermanos los demás hombres. Alienta, Jesús mío, la esperanza que tengo de conseguir con tu ayuda esta gracia y el favor que te pido en esta Novena, para tu mayor gloria y mi salvación. Amén.

 Seguidamente se rezará tres veces el Padre nuestro, el Ave María y el Gloria, en rememoración de las tres horas de agonía que padeció el Señor en la Cruz.

 

Salutación a las Sacratísimas Llagas:

 A la del pie izquierdo.

Salúdote, ¡oh Santísima Llaga del pie izquierdo de mi Señor Jesucristo!, y os pido Señor, por ella, me perdonéis cuanto os he ofendido con todos mis pasos y movimientos.

Padrenuestro, Gloria, etc.

 A la del pie derecho.

Salúdote, ¡oh Santísima Llaga del pie derecho de mi Señor Jesucristo!, y os pido Señor, por ella, me perdonéis cuanto os he ofendido con todas mis acciones y palabras.

Padrenuestro, Gloria, etc.

 A la de la mano izquierda.

Salúdote, ¡oh Santísima Llaga de la mano izquierda de mi Señor Jesucristo!, y os pido Señor, por ella, me perdonéis cuanto os he ofendido con mi vista y demás sentidos.

Padrenuestro, Gloria, etc.

 A la de la mano derecha.

Salúdote, ¡OH Santísima Llaga de la mano derecha de mi Señor Jesucristo!, y os pido Señor, por ella, me perdonéis cuanto os he ofendido con el mal empleo de mi memoria, entendimiento y voluntad.

Padrenuestro, Gloria, etc.

 A la del Santísimo Costado.

Salúdote, ¡OH Santísima Llaga del Santísimo Costado de mi Señor Jesucristo!, y os pido Señor, por ella, que así como fue herido vuestro corazón con el hierro de la lanza y el de vuestra Dolororísima Madre con el cuchillo de su dolor, así penetren en el mío vuestras soberanas luces, para siempre amaros, y nunca más ofenderos, queriendo antes morir que pecar. Amen.

Padrenuestro, Gloria, etc.

 Oración:

Yo os adoro, Sacratísimas Llagas de todo el divino Cuerpo de mi Señor Jesucristo; y os doy gracias, Señor, de haberlas padecido, todas por mi amor; por ellas y por todos los dolores de vuestra Santísima Madre, os suplico, que con la sangre preciosísima que derramasteis por todas bañéis las almas de  vuestros siervos vivos y difuntos, y que subamos todos a acompañaros en la gloria. Amen.

 Después, levantando el corazón a Jesús Crucificado, cada uno pedirá lo que desee conseguir, y concluirá con la siguiente

 Oración:

Señor mío Jesucristo, que por mi amor quisiste nacer en un pesebre, padecer mil afrentas e insufribles tormentos, y llevar sobre tus hombros el madero de la Cruz en que fuiste clavado sobre el Monte Calvario entre dos ladrones para morir lleno de mortales angustias; yo te adoro y bendigo por tu inmensa caridad, y te suplico por tu santísima Pasión y Muerte, que me asistas en la mía, defendiéndome de todos mis enemigos. Adoro fervientemente tus sacratísimas Llagas: en las de los pies y manos deposito las necesidades de nuestra Santa Madre la Iglesia, las de esta villa, las de todo el pueblo cristiano y especialmente las de las benditas Ánimas del Purgatorio: y confío en la de tu santísimo Costado como asilo y defensa contra todos los enemigos de mi salvación, deseando que me sirva de puerta para entrar en la gloria. Dígnate, Señor, oír mis súplicas por tu amor infinito y por los dolores que padeció tu Madre amantísima al pie de la Cruz: haz por su poderosa intercesión que todos los que te adoramos de corazón, merezcamos alabaros juntos después en vuestro reino eterno. Amén.

 Se concluirá la novena con las antífonas y oraciones siguientes, y después se podrán cantar o leer los gozos.

 Antiphona.

            Vere languores nostros ipse tulit, et dolores nostros ipse portavit; et nos putavimus eum quasi leprosum, et percussum a Deo, et humiliatum. Ipse autem vulneratus est propter iniquitates nostras, attritus est propter scelera nostra.

 

V/ Disciplina pacis nostrae super eum.

R/ Et livore eius sanati sumus.

 Oremus.

Domine  Iesu Christe, qui de Caelis ad Terram de sinu Patris descendisti, et Sanguinem tuum pretiosum in remissionem peccatorum nostrorum fudisti: te humiliter deprecamur, ut in die iudicii ad dexteram tuam audire mereamur: Venite benedicti. Qui vivis et regnas per saecula saeculorum.

 Antiphona.

            Cum videsset Iesus Matrem stantem iuxta Crucem, et Discipulum, quem diligebat, dicit Matri suae: Mulier, ecce Filius tuus; deinde dicit Discipulo: Ecce mater tua.

 

V/ Ora pro nobis, Virgo Dolorisissima.

R/ Ut digni efficiamur promissionibus Christi.

 Oremus.

Deus, in cuius passione secundum Simeonis prophetiam dulcissimam animam gloriosae Virginis et Matris Mariae doloris gladius pertransivit, concede propitius, ut qui transfixionem eius et passionem venerando recolimus, gloriosis meritis et precibus omnium Sanctorum Cruci fideliter adstantium intercedentibus, passionis tuae effectum felicem consequamur. Qui vivis et regnas per saecula saeculorum.

 

Gozos al Santísimo Cristo del Consuelo

 

Pues sois, Jesús amoroso,

Señor de la Tierra y Cielo,

sed con nosotros piadoso,

Santo Cristo del Consuelo.

 

Confiamos conseguir

tu protección singular,

porque para haber de dar,

no hay que hacer más que pedir,

sólo nos resta medir

nuestras súplicas con celo:

sed con nosotros piadoso,

Santo Cristo del Consuelo.

 

Tu soberana indulgencia

vemos siempre acreditada,

y la gracia dispensada

de tu gran beneficiencia;

todo eres, Señor, clemencia

al que pide con anhelo:

sed con nosotros piadoso,

Santo Cristo del Consuelo.

 

El pueblo, que amáis celoso,

su tribulación repara,

dirigiendo Vos la vara,

como Caudillo amoroso;

por tanto a Vos llega ansioso

a pediros sin recelo:

sed con nosotros piadoso,

Santo Cristo del Consuelo.

 

De vuestra gracia el rocío

nos saca de toda pena,

que nuestros males refrena

un Padre amoroso y pío;

y pues vuestro poderío

hoy veneramos con celo:

sed con nosotros piadoso,

Santo Cristo del Consuelo.

 

Siendo Vos el manantial

de toda gracia y favor,

ya miramos sin temor

todo género de mal:

benéfico y liberal

os ostentáis con anhelo:

sed con nosotros piadoso,

Santo Cristo del Consuelo.

 

El hambre y la enfermedad

destierra vuestro poder,

que con sólo interceder,

se logra vuestra piedad:

y pues toda potestad

tenéis, Señor, en el Cielo:

sed cono nosotros piadoso,

Santo Cristo del Consuelo.

 

En un madero afrentoso

te vemos por nuestro amor,

retribuya a ese dolor

un afecto fervoroso:

nuestro corazón ansioso

del error aparta el velo:

sed con nosotros piadoso,

Santo Cristo del Consuelo.

 

¡Oh Señor, Dios Soberano!

Digno del mayor amor,

haced que en divino ardor

se encienda todo cristiano:

y para que al mundo vano

despreciemos en el suelo,

sed con nosotros piadoso,

Santo Cristo del Consuelo.

 

Pues sois, Jesús amoroso,

Señor de la Tierra y Cielo,

sed con nosotros piadoso,

Santo Cristo del Consuelo.

 

DÍA SEGUNDO

Segunda palabra que pronunció el Señor en la Cruz al buen ladrón:

“ En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso.”

Oración del día:

Señor mío Jesucristo, Señor misericordioso redentor de mi alma, que para mayor afrenta fuiste crucificado entre dos ladrones, uno de los cuales, asombrado por la paciencia con que te veía padecer, no sólo defendió tu inocencia y admitió sus pecados, sino que lleno de esperanza te pidió que te acordaras de él al llegar a tu reino, lo que tú le aseguraste diciéndole: hoy estarás conmigo en el Paraíso”; bendita sea tu infinita misericordia. Si perdonas al que, habiendo sido pecador toda su vida, te pide perdón sólo al final de sus días, ¿cómo no he de confiar yo en tu divina clemencia al implorar tu perdón arrepentido y poniendo por intercesora a María, tu Madre? Dígnate, Señor, aceptar mi arrepentimiento y se misericordioso con este pecador, para que, redimido con tu preciosísima sangre, pueda entrar en tu reino, y concédeme el favor que te pido en esta Novena, para tu mayor gloria y mi salvación. Amén.

 Lo demás como el día primero.

 DÍA TERCERO

Tercera palabra que pronunció el Señor en la Cruz:

“ Mujer, he ahí a tu hijo; y al Discípulo Juan: he ahí a tu madre.”

Oración del día:

Señor mío Jesucristo, Redentor mío crucificado,  que al ver a tu Madre amantísima acompañándote con tanto amor y firmeza al pie de la Cruz, traspasada por el dolor, y padeciendo en su purísima alma las penas y tormentos que Tú padecías en tu Cuerpo, la hiciste Madre de pecadores y la encomendaste a tu Discípulo amado, para que la sirviese y consolase, con aquellas palabras: “Mujer, he ahí a tu hijo”; diciéndole luego al Discípulo: “He ahí a tu madre”. Te doy gracias, Señor, por tan generoso gesto de amor y confieso que no merezco llamarme hijo de María; pero le suplico que me admita como servidor suyo, pues con esto me basta para sentirme dichoso. Deseo servir a tu Santísima Madre y verla al pie de la Cruz, para ser digno de su amparo a la hora de mi muerte, ten piedad de mí entonces por la intercesión de nuestra Señora, y concédeme el favor que te pido en esta Novena, para tu mayor gloria y mi salvación. Amén.

 Lo demás como el día primero.

 DÍA CUARTO

Cuarta palabra que pronunció el Señor en la Cruz:

“Dios Mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”

 

Oración del día:

Señor mío Jesucristo crucificado, que hallándote ya falto de fuerzas y muy cerca de expirar, para manifestar la enorme congoja y agonía en que estabais, clamaste al Padre Eterno con aquellas piadosas palabras: “Dios mío, dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. Admirables son la justicia y la misericordia divinas, pues el Hijo inocente queda desamparado para que al género humano le sean perdonados sus pecados. Señor mío, cuando examino mi vida temo perder tu amparo al pensar que mis pecados han colmado ya tu misericordia. Señor mío Jesucristo, permite que una gota de tu preciosísima sangre ablande la dureza de mi corazón. Dame tu auxilio y no me desampares, que yo me propongo cambiar mi vida desde hoy par ser digno de tu misericordia en la hora de mi muerte, y concédeme el favor que te pido en esta Novena, para tu mayor gloria y mi salvación. Amén.

 Lo demás como el día primero.

 DÍA QUINTO

Quinta palabra que pronunció el Señor en la Cruz:

“ Tengo sed.”

Oración del día:

Señor mío Jesucristo,  Redentor del mundo, que viviendo ya la agonía de la muerte, para dar cumplimiento a las profecías, dijiste: “Tengo sed”. Y al oír estas palabras aplicaron a tus santísimos labios una esponja empapada en vinagre. Bendito seas, Jesús mío, y por siempre alabado por esta ardiente sed tan caritativa, pues Tú, Señor, tienes sed de honrar al Padre celestial, sed de padecer por el hombre y sed de salvar mi alma, mientras yo, insensato de mí, sólo parezco tener sed de ofenderos una y otra vez; ayúdame, Señor, a que no sea así en adelante, que yo procuraré calmar tu sed con mi verdadero arrepentimiento. Acepta, Señor, el sentimiento de dolor de mi humilde corazón, hazme sentir sed de tu amor, y concédeme el favor que te pido en esta Novena, para tu  mayor gloria y mi salvación. Amén.

 Lo demás como el día primero.

DÍA SEXTO

Sexta palabra que pronunció el Señor en la Cruz:

“ Todo está cumplido.”

Oración del día:

Señor mío Jesucristo, crucificado por mi amor, que después de haber gustado el vinagre que te ofrecieron, exclamaste: “todo está cumplido”. Acabada está la obra encomendada por el Padre Eterno. Con esta frase se comprende tu vida y tu Pasión; con estas palabras das por cumplida la doble misión que como Maestro y Salvador nuestro te encomendó el Padre celestial. Te doy infinitas gracias y alabanzas por tan gran sacrificio. Te pido que perfecciones también en mí la obra de tu Redención, para que imitándote pueda decir en la hora de mi muerte que he alcanzado el fin para el que me creaste, y que me concedas el favor que te pido en esta Novena, para tu mayor gloria y mi salvación. Amén.

Lo demás como el día primero.

DÍA SÉPTIMO

Séptima palabra que pronunció el Señor en la Cruz:

“ Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.”

Y habiendo inclinado la cabeza, entregó su Espíritu.

Oración del día:

Señor mío Jesucristo, Redentor mío crucificado, que como última demostración de vuestro amor por el hombre entregaste al Padre Eterno tu santísima Alma, encomendándole con ella las de todos nosotros, para quedar en aquellas manos en que su amor nos llevaba escritos y en las que descansa nuestra suerte. Te doy infinitas gracias por cuidar de mi salvación; os pido que me concedas la gracia precisa para imitar tu santa muerte y para saber que nada me podrá consolar más en esa hora que haber padeciendo por Ti. Al verte morir inclinando tu cabeza sobre  tu amantísimo corazón. Porque así lo espero, concédeme también el favor que te pido en esta Novena, para tu mayor gloria y mi salvación. Amén.

Lo demás como el día primero.

DÍA OCTAVO

El Descendimiento del Cuerpo del Salvador de la cruz.

Oración del día:

Señor mío Jesucristo crucificado y ya difunto, tras cuya muerte tu Purísima Madre quedó al pie de la Cruz en el mayor desamparo, sin tener quien bajase tu Cuerpo, convertido en llaga de amor por mí y con tu santo costado abierto por la lanza, hasta que movidos por tu Espíritu José de Arimatea y Nicodemo se presentaron llenos de fortaleza ante Pilato y le pidieron permiso para desclavar tu cuerpo, lo envolvieron en unos lienzos y lo depositaron en el regazo de tu afligida Madre: ¡Quién pudiera, Jesús mío, regar con lágrimas tus pies como hizo María Magdalena o reclinarse sobre tu pecho como el Discípulo escogido! Pero puesto que nada de esto me es posible, clamaré a ti diciendo: Señor, Señor, ten misericordia  de mí; y ahora que estás en los brazos de la Madre de misericordia, por su mediación, concédeme también el favor que te pido en esta Novena, para tu mayor gloria y mi salvación. Amén.

Lo demás como el día primero.

DÍA NOVENO

Entierro de Cristo y Soledad de María santísima.

Oración del día:

Señor mío Jesucristo, cuyo Sacrosanto Cuerpo sin vida, después de haber estado en el regazo de vuestra afligida Madre, fue colocado por José y Nicodemo en un Sepulcro nuevo. ¡Quién pudiera, Señor mío, muerto y sepultado por mi amor, morir de dolor por haberos ofendido para tener la dicha de ser sepultado contigo! Quisiera al menos poder acompañar en su amarga soledad a tu Madre, tan desamparada de ti, como Tú lo fuiste del Padre Eterno, aunque no me atrevo a ponerme en su presencia por no hacerle revivir en su corazón las heridas que te han hecho mis pecados. Lloraré, pues, a solas, y en la amargura de mi corazón te pido la gracia de padecer por ti y de morir a este mundo contigo para no morir después eternamente, y te ruego, por última vez, que me concedas el favor que te he suplicado en esta santa Novena, siempre que sea para tu mayor gloria y mi salvación. Amén.

Lo demás como el día primero.

FLORES CIEZANAS

He recorrido toda tu vega,

todo tu campo, todas tus sierras

cogiendo flores con ilusión,

 y hoy que te traigo mis flores bellas

te ofrezco, en medio de todas ellas

mi corazón

 

Entre esas bellas flores ciezanas, 

hay: Amapolas de la Serrana;

de los Albares lirios sin fin;

y del Fatego ¡que maravilla!

de nardos, dalias y manzanilla

todo un jardín.

 

Los tulipanes son de la Fuente;

las azucenas de Catafrente;

los heliotropos del Romeral;

de las Delicias las rosas finas,

y esos jacintos y clavellinas

del Madroñal.

 

Te traigo hortensias del Canadillo;

frescos jazmines del Toledillo;

y de los Charcos almendro en flor.

Y esas mimosas de Corredera,

y estas magnolias de Barratera

son un primor.

 

De Ascoy y los Prados bajé a tu Ermita

y entré en la Isla, mansión bendita,

pensil ameno de mi país.

Y de la Isla son los hinojos,

los azahares, claveles rojos

y flor de lis.

 

De allí a las Lomas subí anhelante

y hierbabuena, pino fragante,

flor de tomillo cogí al pasar.

De los Losares es el romero;

las malvarrosas son del Salero,

y de la Murta el lentiscar.

 

No me contuvo risco ni valla...:

Subí al castillo, y al Atalaya,

y a Sierra del Oro y al Almochón...

y como abeja...flores y aromas

cogí en barrancos, cerros y lomas

con ambición.

 

Tiernas o secas, flor que encontraba

en ese ramo yo la ensartaba;

mas pensamientos nunca cogí...

pues sé que gozos como en lamentos...

¡ de Cieza entera los pensamientos

son para Ti !

 

He recorrido toda tu vega,

todo tu campo, todas tus sierras

cogiendo flores con ilusión.

Tómalas todas que ese es mi anhelo;

y hasta que suba contigo al cielo

guardo una rosa, que es mi consuelo...:

¡ Tu devoción !

JOSÉ LUCAS CONESA


LLAGAS AL STMO. CRISTO DEL CONSUELO

PRIMERA LLAGA

Tu que en la cumbre eminente

del afrentoso calvario

desde el leño solitario

mueres víctima de amor.

 

Alza la abatida frente

que el suplicio no te infama

oye al cielo que te aclama

del pecado redentor.

 

SEGUNDA LLAGA

Si quieres en polvo vano

hundir la faz del profundo

sobre el escabel del mundo

afirma tu herido pie.

 

Y a su influjo soberano

rota su infame asechanza

a el tornara la esperanza

Y en el brotara la fe.

 

TERCERA LLAGA

Por esa tu mano herida

por el hierro penetrante

a ti me llamas amante

y yo me aparto de ti.

 

La corona de la vida

a mi frente estas brindando

yo conquistaré llorando

la corona que perdí.

 

CUARTA LLAGA

Tu diestra que al ancho cielo

puso el eje diamantino

marca sangrienta el camino

que recorrió mi maldad.

 

Mas si ves mi amargo duelo

y humillada el alma mía

muéstrame santa la vía

de tu excelsa majestad.

 

QUINTA LLAGA

A ti suspirado puerto

va la nave de mi vida

por el dolor combatida

destrozada por luzbel.

 

Jesús tu costado abierto

será mi mayor victoria

el alma no quiere gloria

sino sepultada en el.

 

GOZOS AL STMO. CRISTO DEL CONSUELO

Santo Cristo del Consuelo

gloria del pueblo ciezano

con tu poder soberano

alejas del alma el duelo.

 

Para calmar la ansiedad

de un pueblo que por ti reza

se alza en un templo de Cieza

un trono a tu majestad.

 

Allí claman tu bondad

con cánticos y oraciones

y elevan místicos sones

a tu dulzura infinita

y te aclaman en tu Ermita

rey de los corazones.

 

HIMNO AL STMO. CRISTO DEL CONSUELO

Desde la cumbre airosa

en que la Ermita se alza

el Cristo nos protege

con paternal afán.

 

Allí está del ciezano

el faro luminoso,

allí de nuestras almas

el misterioso imán.

 

Cristo bendito

gloria de Cieza,

Consuelo dulce

del corazón.

 

Grata esperanza

del que te invoca,

prenda segura

de salvación.

 

Si la tormenta ruge

y el huracán nos hiere;

si las amargas horas

afligen por doquier.

 

Ante su imagen reza

con fe todo ciezano,

el anciano y el niño,

el hombre y la mujer.

 


PRÓXIMO EVENTO  
  Rosarios de la Aurora:
Organiza: Real Cofradía de Ntra. Sra. de Gracia y Esperanza.

Cada domingo de octubre el rosario saldrá a la 7h y concluirá con una misa a la llegada a la parroquia correspondiente.

Sábado 12: Salida: Santa Clara. Llegada: convento de las Monjas Clarisas

Domingo 13: Salida: Convento de las Monjas Clarisas Llegada: San Joaquín

Domingo 20: Salida: San Joaquín Llegada: San José Obrero

Domingo 27: Salida. San José Obrero Llegada: Ntra. Sra. de la Asunción.
 
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EL TIEMPO EN CIEZA  
 
 
EL GUIÓN DE LA SEMANA SANTA DE CIEZA  
  Todos los Jueves de Cuaresma, a las 15:30, tienes una cita con El Guíon de la Semana Santa de Cieza, en Onda Cieza, 106.6 Fm.

Recuerda: El Guión, Jueves de Cuaresma a la 15:30 en la 106.6 Fm
 
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