La Semana Santa de Cieza es fruto del trabajo de muchos hombres y mujeres que, a lo largo de todo el
año preparan la celebración, desde el Domingo de Resurrección hasta el Domingo de Ramos; o como diría el poeta: “De marzo a abril, de abril a marzo”.
Así pues, comenzaré con una breve descripción de cada una de las procesiones, comenzando por el principio, en particular 40 días antes del Viernes Santo.
El miércoles de ceniza, comienza la cuaresma y todos los cristianos acudimos a nuestras iglesias a recibir la ceniza. Por la noche, los tambores, eternos heraldos de nuestra Semana Santa, elevan su inconfundible sonido al cielo anunciando las tan señaladas fechas que están por venir. A partir de entonces, todos los viernes de cuaresma, la que seguramente dentro de poco se convertirá seguramente en la decimonovena de las cofradías que componen la Junta de Hermandades Pasionarias, la cofradía de Nuestro Padre Jesús de Medinacelli. Todos los viernes de cuaresma, esta cofradía, desfila por nuestras calles rezando el vía-crucis de nuestro señor.

En uno de estos viernes, sale también en procesión San Pedro Apóstol desde la iglesia de San Juan Bosco hasta la Casa de los Santos. Este desfile es un tipo de procesión que se da solo aquí: el Traslado Procesional, que no es más que una procesión para un solo santo y/o hermandad.
Durante la cuaresma, encontramos también el traslado procesional de Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, desde el Convento de las Monjas Clarisas hasta la casa-museo de su hermandad. Se comenzó a hacer bajo la presidencia de don José Joaquín Alba Gómez, siendo en su inicio un traslado, desfile que se caracteriza por su carácter alegre.
El domingo antes del Domingo de Ramos, llamado Domingo de Pasión, se oficia el pregón de la Semana Santa. Esa mañana, representantes de las 18 cofradías pasionarias se hacen a la calle con sus enseres (estandartes, guiones, faroles y báculos) con el fin de resucitar en cada uno el semanasantero que llevamos dentro. Llegado el desfile a la Plaza Mayor, se oficia el Pregón de la Semana Santa de Cieza, cada año con un pregonero distinto y por consiguiente un pregón distinto, que suele ser la manera de ver la Semana Santa de nuestro pueblo y la participación en esta del pregonero.
El Viernes de Dolores sale a la calle el traslado procesional de Ntra. Sra. de los Dolores. Como ya se ha dicho, ese viernes también sale el vía-crucis del Medinacelli, cuyo final coincide con la salida de la virgen. En ese momento se produce una de las escenas más emotivas de la Semana Santa, el Medinacelli y la Dolorosa se encuentran y con una suave música de violines se mecen y la dolorosa madre se despide de su hijo al que se lo llevan a morir en la cruz, tras ello, el cristo penetra en el Convento de San Joaquín y San Pascual y la Virgen comienza su lento recorrido hacia la Basílica de la Asunción, donde permanecerá hasta pasadas las fiestas.
Esa noche, los tambores elevan su canto al cielo pregonando la proximidad de la muerte de Cristo. También desfila ese viernes a las doce de la noche el Cristo de la Misericordia sin trono y acompañado solo de unos pocos cofrades que lo portan sobre sus hombros.
La víspera del Domingo de Ramos, sale a la calle el Traslado Procesional del Stmo. Cristo del Perdón, que procesiona en un trono creado especialmente para llevarlo acostado en memoria de cuando su traslado lo hacían como el del Cristo de la Misericordia.

Llega la mañana del Domingo de Ramos, la banda municipal toca diana y miembros de todas las hermandades se enfundan en sus túnicas y se encuentran en la plaza mayor donde se bendicen las palmas y comienza la procesión con el paso de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, “la Burrica”, que entre pasodobles y alegría marca el comienzo de la Semana Santa en si.
Llega la tarde del domingo y miles de ciezanos se citan en el Camino de Madrid para darle la bienvenida un año más a la Gloria de Cieza, el Stmo. Cristo del Consuelo. Su paso por las calles de Cieza conjuga los dos tipos del traslado ya descritos, hasta el Camino de Madrid baja acompañado de los sones de su himno tan popular en Cieza “Cristo bendito, gloria de Cieza, consuelo dulce del corazón, grata esperanza del que te invoca, prenda segura de salvación.” A partir de este punto, continua como traslado procesional.
El Lunes Santo por la noche, el Cristo de la Sangre sale para recordarnos el dolor que sufrió en la cruz con su vía-crucis procesional.
“Pueblo de Cieza, acude a la llamada. Acude a la llamada del prendimiento”. En el Martes Santo ciezano, los sucesos acaecidos desde la última cena de Jesucristo hasta su captura aparecen representados en el auto del prendimiento, en el que desfilan: la Santa Cena, la Oración del Huerto y el Prendimiento. Tras su actuación, el Tercio Romano del Santo Sepulcro, “los armaos” hacen acto de presencia y tras el grito de: “¿¡A quién buscáis!? ¡A Jesús el Nazareno!” Aparece en la puerta de la iglesia Nuestro Padre Jesús Nazareno, que abandona la Plaza Mayor escoltado por los armaos.
La tarde del Miércoles Santo, se viste de color con la pequeña muestra del Pasacalles de los Tercios Infantiles y con la Traída de los Santos, es decir los traslados de San Juan y de Santa María Magdalena. San Juan anuncia su llegada con el pasodoble que compusiera para él el maestro Antonio León: “San Juan, San Juan se va a caer, San Rafael lo va a coger, paso alegre lleva en pos, rosa de abril nostalgian de pasión.”

Cae la noche y la procesión general toma las calles y plazas de la localidad. En ella desfilan los siguientes pasos: la Samaritana, la Unción de jesús en Betania, San Pedro, el Beso de Judas, la Flagelación, la Coronación de Espinas, los Armaos, Santa Verónica, Stmo. Cristo del Perdón, Santa María Magdalena, Stmo Cristo del Consuelo y finalizando el dúo clásico de nuestra Semana Santa, San Juan y la Virgen, en este caso la Dolorosa.
Jueves Santo, tarde de reflexión y rezo a la Virgen de Gracia y Esperanza, que portada por sus cofrades, los Hijos de María, lleva a nuestro pueblo el dolor de una madre que ve morir a su hijo en la cruz, bajo la protección del palio que es el Espíritu Santo, sostenido por doce columnas que son los apóstoles y confortada por el mar de velas que representas las plegarias, ruegos y oraciones de un pueblo devoto a María madre de Dios y de todos nosotros. Por eso todos pertenecemos a su cofradía porque todos somos Hijos de María.

Suenan las campanas de las doce, se apagan las luces de todo el casco antiguo, nazarenos negros portadores de cirios preceden a un cristo agonizante que grita silenciosamente “¡Dios mío, Dios Mío, ¿porqué me has abandonado?!”, la procesión del silencio se hace a la calle tan solo iluminada por los cirios que representan nuestra fe y por la luz del Stmo. Cristo de la Agonía, imagen de Jesucristo, luz del mundo.
Amanece, ya es Viernes Santo, despierta el pueblo y sale la procesión del penitente que rememora todos los episodios del Camino del monte Gólgota. San Pedro, el Lavatorio de Pilatos, el Nazareno con la Cruz a cuestas, los Armaos, El encuentro de Jesús y María en la calle de la Amargura, la Caída, la Santa Verónica, Jesús en el Calvario, la Lanzada, Santa María Magdalena, el Santo Cristo del Consuelo y la Dolorosa componen la carrera que recorren los nazarenos con cruces a cuestas acompañando a su Señor hacia el Calvario.
Llega la tarde y el paso del Santo Sepulcro es trasladado desde su cochera hasta la casa-museo de su cofradía, bailado por sus anderos al son del pasodoble de su hermandad, “los Dormis”. Este traslado da un toque alegre a la nostalgia y al dolor del Viernes Santo.
Se oculta el sol tras la Atalaya y resuena una vez más el Himno Nacional que da comienzo a la Procesión del Santo Entierro, la cual relata las últimas estaciones del vía-crucis que se inició por la mañana. En esta popular procesión desfilan los siguientes pasos: Stmo. Cristo del Perdón, Santa María Magdalena, Stmo. Cristo del Consuelo, el Descendimiento de Cristo, Stma. Virgen de la Piedad, Ntra. Sra. del Mayor Dolor y el Stmo. Cristo Yacente, Ntra. Sra. de la Amargura, Santas Mujeres camino del Santo Sepulcro, José de Arimatea, Santo Sepulcro, los Armaos, Santa María Salomé y el dúo clásico San Juan y María Stma. de la Soledad, esta bellísima imagen de González Moreno cierra la procesión con una oración de los hermanos de su cofradía que hace temblar y reflexionar a cualquiera que la oiga, tras ello, el Himno Español finaliza la procesión de la misma manera que la inició.

Suenan las campanas de la iglesia dando las cuatro de la madrugada, la hora de las ánimas. Penetran en la oscuridad de la Plaza Mayor los encapuchados hermanos de la Cofradía de Ánimas que con tres golpes de cruz en los portones del templo llaman a su cristo para llevarlo en procesión por todos los difuntos. Ya despuntan los primeros rayos de sol que anuncian una mañana tranquila pues el Hijo de Dios esta muerto y la procesión de las ánimas, única en todo el mundo, toca a su fin.
La tarde empieza a caer y los Tercios Infantiles adelantan los sucesos que tendrán lugar al día siguiente. Suenan pasodobles, vuelan caramelos y una cortesía infantil da comienzo en la esquina del convento. Los pequeños santos portados por unos también pequeños cofrades se saludan a base de reverencias envueltos en la alegre música que ponen las bandas y en una nube multicolor de caramelos. Los jóvenes cofrades adelantan su futuro como anderos en este alegre pasacalles.
El Ángel triunfante, la Samaritana, la Traición de Judas, la Flagelación, Ntra. Sra. de la Esperanza en la Resurrección, la Santa Verónica, Santa María Salomé, La Dolorosa, Jesús Resucitado, San Juan y María Stma. de la Alegría son los pasos partícipes de este desfile lleno de jolgorio y gozo.
El Sábado de Gloria, los Tercios Infantiles constituían un prólogo del Domingo de Resurrección. Por la mañana, las bandas de música que acompañarán a los diferentes pasos se reúnen en la esquina del convento desde donde van en pasacalles hasta sus respectivos puntos de partida. Tras ello la Magdalena y la Virgen del Amor Hermoso son trasladadas desde su cochera y la ermita de San Bartolomé respectivamente hasta la casa de los santos. Después, sale la procesión y los santos van llegando por diferentes lugares a la esquina del Convento donde tendrá lugar la Cortesía.
El Ángel de la Cruz Triunfante, Jesús Resucitado y la Aparición de Jesús a María Magdalena llegan por el paseo. Santa María Magdalena, Santa María Salomé y Santa María de Cleofás por la calle Mesones y los Discípulos de Emaus, la Ascensión de Jesús, San Juan y la Stma. Virgen del Amor Hermoso por la calle san Sebastián. Una vez en la plaza comienza el baile de los santos, poca gente sabe cual es la coreografía que describen estos:
Primero, el Ángel da una vuelta alrededor de todos los santos anunciándoles la resurrección. Después, el Resucitado saluda a su Madre y seguidamente a los demás santos. Por último, todos los santos se saludan entre si con una serie de reverencias que describen al tiempo que los estandartes suben y bajan indicándoles a los anderos cuando tienen que subir y bajar. Todo esto al son de pasodobles como la Cortesía, San Juan, la Verónica o los Dormis. Mientras, los caramelos vuelan alrededor de las imágenes y en todas las direcciones.
Suena el Himno Nacional y entra la Virgen del Amor hermoso dando fin a la Semana Santa un año más. Una gran congoja atenaza lo más profundo del alma de todo semanasantero ciezano pero pronto renace la ilusión pues el final de una Semana Santa es el comienzo de la siguiente, y pronto, volverán a sonar los tambores del miércoles de ceniza que despiertan en cada uno el dormido durante todo el año anhelo de volver a ver desfilar todos los pasos de nuestra Semana Santa. Resuenan en nuestro interior las marchas y pasodobles, ya casi olvidadas durante todo un largo año de espera. Llega la primavera y su mágico influjo aviva los recuerdos de la Semana Santa pasada tanto a los residentes en el municipio como para aquellos que viven fuera, que vuelven a Cieza, por su Semana Santa.
Ya tan solo detenerme en el día 3 de mayo, día de la Cruz, en que ciezanos y ciezanos nos reunimos para despedir al Stmo. Cristo del Consuelo. Al igual que en su bajada, la subida del cristo conjuga los dos tipos de traslado ya descritos, desde la Iglesia de la Asunción hasta el Camino de Madrid, traslado procesional, a partir de este punto, todo aquel que acompaña al Santo Cristo entona su popular himno. Durante todo el trayecto, ciezanos devotos arrojan pétalos de rosa sobre la sagrada imagen del cristo en señal de despedida y de deseo de que vuelva un año más. Durante los nueve días antes se oficia el novenario al Stmo. Cristo del Consuelo, una serie de rezos y misas ofrecidas para el cristo en el que los ciezanos reafirman su fe entre los cantos compuestos especialmente para el co-patrón de la localidad por el maestro Antonio León.
Por último me gustaría enumerar las procesiones que acontecen durante todo el año:
Procesión y Octava del Corpus Christi, Traslados de San Bartolomé, Pasacalles y misa de campo de Ntra. Sra. de Gracia y Esperanza, bajada y romería de Ntra. Sra. del Buen Suceso y Rosarios de la Aurora de Ntra. Sra. de Gracia y Esperanza, todos los domingos y festivos del mes de octubre a las siete de la mañana.
Ya termino con un grito que es común en casi todos los ciezanos: ¡VIVA LA SEMANA SANTA DE CIEZA!
Fdo: Antonio Jesús Hernández.